jueves, 13 de febrero de 2020

Nubarrón: Un mal día en la vida de Gnomo

Emprendimos un viaje al medio del bosque para ayudar a Gnomo a recuperar las hojas de Nubarrón, y liberarse de una terrible nube.




¿Quien no tuvo un mal día alguna vez? Te quedas dormido y despertas en el bosque sin tu sombrero de la suerte. Nubarrón es una aventura independiente en dos dimensiones creada por el estudio argentino Nastycloud.

En este mundo de fantasía Somos un Gnomo del bosque llamado simplemente Gnomo, y despertamos en medio de un claro tras haber perdido nuestro sombrero de la suerte. Breves instantes después nuestra “mala suerte” se materializa en la forma de una nube tormentosa que aparece sobre nuestras cabezas, y da comienzo a la aventura.



A lo largo del juego nuestra tarea es recuperar las páginas del compendio que da nombre al juego. Nubarrón es un gran libro que esconde y recopila todos los secretos de las criaturas del bosque, incluida nuestra molesta compañera. 

Tras la aparición de Nube buscamos el consejo del sabio y viejo Búho, quien tiene Nubarrón bajo su cuidado. Aunque con las mejores intenciones, nuestro breve encuentro termina con las hojas de Nubarrón diseminadas por todo el bosque. 




A cambio de encontrar las páginas perdidas el sabio Búho accede a deshacerse por nosotros de Nube, aunque nos da a entender que no necesariamente es algo de mala suerte. Pero a Gnomo no le importa, y con esta promesa en mente es cuando oficialmente partimos a la aventura. 

De Gnomos, saltos, y rayos




El cruel tutorial nos hace entender rápidamente para que funcione el botón izquierdo del mouse. Tras eliminar un par de inocentes criaturas del bosque descubrimos que nuestra nube lanza fuertes y poderosos rayos eléctricos.

El gameplay en sí es bastante simple, y dado que se trata de un plataformero nos vamos a mover hacia adelante y hacia atrás con los direccionales. Por otro lado cuando aparece alguna que otra escalera para escalar nos vamos a mover con arriba y abajo, aunque en lo particular los saltos de Gnomo en el juego se sienten algo raro.

Todo eso cuanto respecta a Gnomo, ya que la nube tiene sus propias características y acciones. El compañero esponjoso de Gnomo nos va a servir no solo como arma sino también para la resolución de algunos puzzle simples distribuidos por todo el bosque. 



La densa nube que nos sigue a todas partes, como ya aprendimos en el tutorial, puede descargar fuertes rayos si presionamos el click derecho. Pero además puede hacer otras cosas como cargarse de agua para llevar a otros sitios. Aunque útil para la resolución de puzzles, en este estado Nube no nos va a servir como defensa. 

Nubarrón es un juego sencillo y muy ameno que no busca abrumar a los jugadores con grandes oleadas de enemigos. Por otro lado tampoco nos obliga a recorrer grandes mapas interconectados, ni a hacer backtracking, o al menos no demasiado. Aunque resulte simple y el camino esté bastante delineado, hay que prestar atención porque siempre es fácil perderse alguna que otra página.




Como dijimos antes es una aventura amena en la que vamos resolviendo puzles, y dando choques eléctricos por doquier. Eso sí, no son las únicas habilidades de las que disponemos pero no vamos a entrar en detalle para no arruinar la experiencia. Solo vamos a aclarar que a medida que avanzamos se nos van entregando habilidades nuevas, no solo para Nube. 

Un aspecto que encontramos muy cuidado fue como los rayos interactuan con los charcos, y cómo podemos aprovecharnos de esto. Obviamente el agua es conductora de la electricidad en el juego, y si descargamos cerca de una masa de agua vamos a eliminar todo lo que esté en contacto con ella. Aunque es una forma rápida de eliminar a varios enemigos hay que tener en cuenta que esto también es válido para nosotros. Por otro lado el fuego nos permite elevarnos por el aire al usar una hoja, y así poner al entorno a nuestro favor para avanzar.




Por otro lado es un buen momento para hablar de las vidas en Nubarrón. Si bien las vidas son ilimitadas, no vamos a tener una barra de vida. Cada vez que un enemigo, un rayo, o los peligros del entorno nos tocan, Gnomo muere. Cuando esto ocurre la nube nos lleva unos pasos atrás y nos devuelve a la vida. 

Aunque no hay un game over, hay tramos del juego que hay que volver a hacerlos, por lo que es mejor tener cuidado donde pisas. Esto es particularmente importante al enfrentarnos a los jefes ya que cada vez que morimos tenemos que empezar la secuencia de nuevo.  

A medida que avanzamos en la aventura comprendemos un poco más a nuestra temperamental compañera. Pero si creemos que la vamos a controlar en todo momento estamos muy equivocados. En momentos determinados vamos a perder el control, cuando la nube se enoja va a ser mejor correr ya que descarga rayos siempre que nos quedamos quietos. 

Estos son quizás los únicos momentos de mayor tensión, y complejidad, que tiene Nubarrón donde tenemos que esquivar enemigos, mover o recoger objetos, y evitar que nuestra propia nube nos rostice. Para volver a tomar su control tenemos que llegar hasta unas campanas que calman a Nube y nos permiten controlarla una vez más. 

Un paisaje pintado




Lo que más llama de Nubarrón es su apartado gráfico, el bosque que está completamente dibujado y pintado digitalmente reluce por todos lados. A la vista parece un cuadro y los personajes principales de la aventura, es decir Gnomo, Búho y los jefes, sin olvidarme claro de Nube, tienen un gran nivel de detalle. 

Los distintos estados de Nube están representados y bien diferenciados en color y tamaño, desde su naranja amarillento tranquilo hasta la gran nube tormentosa. Cada “habilidad” de Nube tiene su color y comportamiento, y está muy bien representado. 




Además las diferentes regiones del bosque tienen su propia identidad bien definida y se lo saben transmitir al jugador. Desde lo profundo del bosque hasta lo alto de los árboles, cada parte del bosque tiene sus colores bien representados. En conjunto es como si estuviéramos viendo un cuento de fantasías moverse.

Conclusiones


Nubarrón es plataformero entretenido y corto que no va mucho más allá pero tampoco desilusiona con lo que tiene para ofrecer. Se trata de una aventura amena para matar el rato con una historia que nos hace pensar un poco sobre lo que le hacemos al bosque y la naturaleza de la Nube. Por lo que se puede decir que si sobre leemos el juego incluso llama a la reflexión. Si queremos un juego relajante a la vista y para jugar en un par de sentadas vale la pena probar Nubarrón. Y sí todavía queda alguna duda su precio accesible lo justifica. 

Nubarrón: La aventura de un Gnomo sin suerte salió para PC vía Steam y gracias a los precios regionales se puede conseguir por solo 100 pesos Argentinos







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