martes, 10 de septiembre de 2019

Review - Whipseey and the Lost Atlas


Gracias totales a la gente de Blowfish Studios quienes nos proporcionaron la key para analizar este juego

Mi primer contacto con Whipseey and the Lost Atlas inmediatamente me llevó a esos días donde jugaba con un emulador de Super Nintendo el juego "Kirby's Dreamland 3". Digo, jugaba con emulador, porque yo no tenía esa consola pero sí tenía un Sega Genesis. Pero obvio, Kirby no estaba ahí.
Estoy diciendo demasiado la palabra "Kirby", ¿no? No me resultaría raro y menos viniendo de este juego que tiene un protagonista tan similar físicamente.

Solo faltan Jigglypuff o Clefairy, ¿no?

La historia de Whipseey and the Lost Atlas se resume en un slide de imágenes que se presentan al principio del juego cuando damos "New Game". En ella vemos como nuestro protagonista (Whipseey) es llevado a un mundo de fantasía para salvarlo con la ayuda de su látigo mágico y su habilidad de ser preciso atravesando plataformas (aunque esta ultima es una destreza más del jugador).

Su gameplay se puede sintetizar en que es un juego de plataformas de la vieja escuela con algunos toques de Rockman. Tenemos saltos calculados, enemigos posicionados específicamente para complicarnos la existencia y actos de destreza que harán que más de una vez reventemos en ira. Pero igual, eso es un denominador común en los plataformeros, ¿verdad?

Bueno, depende. Como dije antes la impresión inicial que me dio este titulo es que iba a encontrarme algo parecido a Kirby pero luego me di cuenta que la dificultad que impone es algo que no podría estar más alejado de la formula del juego anterior mencionado. Verán, hay algo que me saca personalmente cuando un personaje toca pinches en un juego y automáticamente pierde...
A veces este juego puede ser bastante frustrante. Pero no logra serlo del todo gracias a la poca longitud de sus cinco niveles y del juego en total (terminarlo me tomó aproximadamente una hora la cual pueden ver en nuestro canal de Youtube, espero, si el video ya se subió). No hay demasiada rejugabilidad salvo por el hecho de querer probar nuestra dureza e intentar pasarlo sin perder una sola vez lo cual es tarea para gente más brava y no para mí.
Algunas zonas toman referencias directas de otros juegos, como por ejemplo el último nivel parece un calco de la estética utilizada en el castillo de Bowser de los juegos de Super Mario. Las peleas contra los 5 jefes, en cambio, nos ofrecen una manera de probar nuestras habilidades de reacción y reflejos así como la capacidad de discernir patrones de ataque.
La princesa está en otro castillo.
Una cosa a destacar o más bien dos:
El arte: estamos ante un juego que brilla en su bello pixel art y diseño de personajes. En muchas ocasiones me hizo acordar a esos niveles con colores vibrantes que teníamos en Castle of Illusion o Sonic 2. Los diseños de los jefes creo que son los más vistosos ya que son los más grandes y los que más detalles tienen (destaco especialmente el diseño del jefe final y del Jack in the Box)


Hermoso, hermoso pixel art.
La música: ¿a quién no le gusta un buen soundtrack de 16 bits? Link a la web del compositor.


En un plano general, es una experiencia muy divertida y desafiante pero su poca duración hace que si tengo que recomendarles un plataformero elija quizás otro que nos proporcione algunas horas más de juego. Resulta acorde a su precio de 6 dólares en Steam. También se encuentra disponible para otras plataformas como Nintendo Switch, PS4 y Xbox ONE en sus respectivas stores.



Si son amantes de las plataformas y quieren encontrar una buena (corta) alternativa, no duden en darle a Whipseey and the Lost Atlas una oportunidad.

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